En Argentina muchos conocen a María Montessori, pero no a su contraparte contemporánea inglesa, Charlotte Mason. Entre los blogs que sigo está este, que trata de Charlotte Mason y sus métodos educativos. Está en inglés. Lo recomiendo mucho.
Charlotte Mason vivió entre los años 1842 y 1923, y luchó contra la idea de que la educación es algo cuyo fin es utilitario, proponiendo en cambio un tipo de educación del niño basada en ideas "vivas", en relaciones. Mason dirigía sus voluminosos escritos a los padres, las educadoras privadas destinadas a educar a grupos pequeños (governesses), y aquellos que estarían directamente en contacto diario con los chicos y por lo tanto serían necesariamente una influencia sobre ellos. Su énfasis estaba formar el carácter con estándares morales altos, para ayudar al niño a lograr su auto control. Su dicho más conocido fue que "la educación es una atmósfera (un ambiente), una disciplina y una vida." Ella la llamaba una "ciencia de relaciones."
O sea, Mason predicaba que el niño debe relacionarse consigo mismo, con el otro, con el hombre, con la naturaleza, las cosas, el buen material y ambiente que lo rodeaba. Para eso era necesario utilizar material "vivo", bueno, bello, verdadero, que edifique, lo que lo concentra en los buenos y grandes autores, aquellos capaces de forjar su carácter y darle ejemplos de vida dignos de imitar. Al mismo tiempo, para Mason el ambiente escolar debía llevar al alumno a involucrase en su educación, a enamorarse del saber, a querer aprender. El lugar, los muebles, el ambiente, lo natural debía llevar a los niños a querer curiosear, tocar, leer, escuchar, aprender. El método de Mason está basado en libros vivos (bien escritos, cuyo antónimo sería el manual escrito en comité, como el de ciencias sociales de la CABA que me toca enseñar estos días), la narración como herramienta fundamental, la disciplina de los hábitos, lecciones cortas (no más de 20 minutos al principio, alargándose a medida que el niño crece), y mucho énfasis en las artes relacionadas con el lenguaje como la poesía, gramática, lectura, recitado, dictado, etc.
Yo considero a Mason como un comenzar ideal en la edad poética del niño. Aporta muchísimo antes de las artes liberales puras, pues forma hábitos de lectura, escucha, comprensión, disciplina la imaginación, y acompaña luego en todo lo concerniente al placer por la lectura de buenos y grandes libros. Es definitivamente preparatorio para el arte del diálogo socrático que se adquiere y requiere al final de la secundaria en una educación clásica.
¿Qué importancia tienen para nosotros las ideas de Charlotte Mason? Por empezar, si creemos que la educación es principalmente una cuestión de "relaciones" cambiaremos los muebles, libros, y maestros de nuestros colegios por aquellos capaces de relacionar al niño con todo la experiencia humana desde sus fuentes naturales. Esto significa en la práctica eliminar muchos libros de texto populares y concentrarse, mas bien, en las primeras fuentes - los originales. Por ejemplo, las Sagradas Escrituras, los autores griegos, los romanos, padres de la iglesia, medievales, una biografía, correspondencia entre grandes hombres, una buena novela histórica clásica que haya superado el paso del tiempo, los poemas míticos, épicos, y un gran etcétera. Supongo yo que sería algo así como leer lo que leen los alumnos del instituto San Ireneo del famoso Hombre del Sillón del libro El Despertar de la Señorita Prim de Natalia Sanmartín Fenollera, quien estaría muy de acuerdo con Charlotte Mason (ver libro aquí y una buena reseña aquí). Éste proveía a sus alumnos con el ambiente, libros y conversaciones adecuadas para educar su carácter sin esfuerzo, y sin estructuras aparentes, pero con profunda efectividad y humanidad.
Como cristiana creyente, Mason entendió algo fundamental sobre la naturaleza humana: cada niño es un ser irrepetible, imagen de Dios hacia cuya semejanza se lo debe guiar, y con quien debe relacionarse. De allí parten todas las otras relaciones. Mason reaccionaba a las escuelas inglesas cuyo sistema era el mismo que aun hoy usamos en muchos colegios: la masificación eficiente de la asignación de información sin formar. El resultado trágico es resumido magistralmente por el experto en creatividad, Ken Robinson, en la charla de TedTalks aquí. Hoy día los que forman son los clubes, los deportes, pero raramente los colegios, desgraciadamente. ¿Por qué? Porque son los que proveen esa atmósfera, relaciones y entrenamiento de los hábitos y virtudes que predicaba Mason. Por desgracia aplicados al cuerpo y no al alma en muchos casos, pero al menos algo de poesía queda. La idea sería recrear esa atmósfera que hace que el chico no se quiera perder un solo entrenamiento de rugby en el club, por más frío y dolor que tenga, pero hacerlo en el colegio, con respecto al aprendizaje. Es ahí adonde Charlotte Mason provee soluciones. Vale la pena conocerla.
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